jueves, abril 25Un espacio para todos los deportes

Las energías renovables en el ámbito deportivo

El uso de instalaciones de energías renovables es una práctica cada vez más común en todo tipo de escenarios, incluido el ámbito deportivo. En el mundo del motor vemos, por ejemplo, que existen competiciones de automovilismo, como la Fórmula E, en la que los pilotos conducen monoplazas eléctricos.

Uno de los objetivos finales, además de promocionar la sostenibilidad en la movilidad, es la investigación y el desarrollo de los vehículos eléctricos. Es decir, al igual que ocurre con la F1 o las competiciones de motociclismo, que las innovaciones en los campeonatos pasan posteriormente al mercado a través de productos para el consumo ciudadano, con esta competición sucede algo similar.

La tecnología y el deporte siempre han estado muy unidos, de modo que los avances tecnológicos en materia de energías renovables también pueden asociarse de manera total a la práctica deportiva.

Estadios que hacen uso de energías limpias

Si centramos el interés en el fútbol, grandes estadios del planeta se sirven de energías limpias para su propio consumo eléctrico. El mítico Maracaná de Río de Janeiro, en Brasil, tiene instalado en su cubierta más de 1.500 paneles solares fotovoltaicos, un proyecto capaz de generar electricidad para abastecer a 240 hogares y evitar la emisión de 350 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera al año.

En Alemania, un ejemplo es el Signal Iduna Park, que desde 2011 cuenta con 924 kWp en su estadio, la sede del Borussia Dortmund. El también histórico Amsterdam Arena, el estadio donde juega sus partidos como local el Ajax, tiene instalados 4.200 paneles solares que generan el 10% de la energía consumida. Además, su apuesta por la sostenibilidad no acaba ahí, pues para enfriar el estadio se usa el agua de un lago cercano, el Ouderkerkerplas.

Otra catedral del fútbol es el Nuevo San Mamés, en Bilbao. El estadio de los leones fue galardonado con la certificación LEED (Leadership in Energy and Environmental Design), la más importante a nivel internacional. El Athletic de Bilbao lograba así algo que no había conseguido ningún club de fútbol previamente.

La certificación LEED determina que la instalación es eficaz en el ahorro de energía y agua y que utiliza materiales de bajo impacto ambiental, así como que los accesos son cómodos y seguros en transporte público.

Energía solar, la más avanzada en estas prácticas

De todas las energías renovables, la solar es la más avanzada y de la que más partido se saca tanto en el mundo del deporte como en otros escenarios: edificación pública, ámbito privado, autoconsumo eléctrico… La energía solar térmica y fotovoltaica puede ser incluida en campos de fútbol, circuitos, gimnasios, pabellones deportivos y cualquier instalación que requiera el consumo de electricidad.

La instalación de estos sistemas no solo se traduce en una importante acción en favor del medio ambiente, sino que incide directamente en ahorro energético y económico. Además, reduce la contaminación y la dependencia de los combustibles fósiles o la energía nuclear.

En algunos espacios deportivos, aquellos de mayor uso y de grandes dimensiones, el consumo eléctrico o de gas para agua caliente puede oscilar entre los 1.000 y los 10.000 euros. Si hacemos uso de la energía solar, podremos ahorrarnos ese elevado gasto. Por otro lado, el autoconsumo eléctrico permite vender el excedente a la red general, de modo que no solo se ahorra en la factura eléctrica, sino que se pueden generar ingresos.

La energía solar y sus variantes diferentes, principalmente la térmica y la fotovoltaica, se utilizan a nivel práctico para dos funciones: generar electricidad lumínica, es decir, iluminar espacios; o bien conseguir agua caliente para instalaciones de todo tipo, incluidos los gimnasios e instalaciones deportivas cerradas.

¿Qué tipos de energía solar son los más comunes?

La energía solar es la radiación que el sol envía a la Tierra y que permite la vida en nuestro planeta. La luz natural, por ejemplo, permite ahorrar una importante partida económica por el simple hecho de que no hay que encender luces. No obstante, el aprovechamiento de energía solar para conseguir electricidad o calentar agua es lo que se conoce como energía fotovoltaica o térmica.

La energía solar térmica es aquella que usa el calor del sol para calentar un líquido. Se puede usar para el agua de una piscina climatizada, pero también para todo el sistema sanitario de una instalación deportiva. La térmica, a través de los captadores de energía, puede transformar hasta el 60% de la radiación captada en agua caliente.

La fotovoltaica, por su parte, es la que consigue producir electricidad directamente de la radiación solar. Las placas solares, por ejemplo, hacen uso de esta energía. Esta vía para generar electricidad permite ser instalada en instalaciones aisladas y llega en ocasiones a lugares donde no llega la propia red eléctrica.

Por último, la solar termoeléctrica es aquella que consiste en captar la luz de puntos concretos para aumentar la energía captada y con ello obtener vapor para mover unas turbinas que generan electricidad, como si fuera una central térmica convencional.

Esta vía solo está al alcance de grandes empresas que pueden desarrollar estos proyectos, de modo que habitualmente son las grandes eléctricas las que las ponen en marcha.

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