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IV Clásico Mundial de béisbol: el Team Rubio no pudo con EE. UU.

Para el Clásico Mundial de 2017, la selección cubana fue ubicada en el grupo B, junto a Japón, Australia y China. La sede de esta agrupación fue el Tokio Dome, en la capital nipona y, allí, las cosas comenzaron de la peor forma posible.

El equipo cubano, dirigido por Carlos Martí, cayó ante Japón, 11 carreras por 6. Los locales comenzaron delante en el primer inning, ante el abridor Noelvis Entenza, quien permitió doble de Norichika Aoki y, luego, jit impulsor de Yoshitomo Tsutsugo.

Los cubanos empataron en el tercer inning, por doble de Yoelkis Céspedes, sacrificio de Roel Santos y fly de Alexander Ayala. La igualada en la pizarra no duró mucho tiempo. En el cuarto inning, los nipones tomaron ventaja y en el quinto ampliaron la diferencia, al marcar cinco veces, aprovechando cuatro boletos de los lanzadores cubanos, un error de Yurisbel Gracial y cuadrangular de tres carreras de Nobuhiro Matsuda ante José Ángel García.

En el séptimo, los cubanos se acercaron en el marcador, con un jonrón de Alfredo Despaigne y un jit de Guillermo Avilés que trajo dos carreras; pero, un cuadrangular de Tsutsugo colocó el partido 9-4 y a partir de ahí no hubo más opciones.

Un día después, los cubanos mantuvieron sus esperanzas de avanzar a la segunda ronda, tras superar 6-0 a China.  Vladimir Baños, Vladimir García, Liván Moinelo y Miguel Lahera se combinaron para la lechada. Baños lució muy bien y hasta el quinto inning estuvo lanzando juego perfecto.

La ofensiva cubana no fue abundante; pero un rally de cuatro anotaciones, en el cuarto inning, decidió el encuentro. Yoelkis Céspedes impulsó la primera y, luego, un triple de Roel Santos trajo dos carreras. El granmense entró en el home impulsado por jit de Alexander Ayala.

Con balance de 1 ganado y 1 perdido, Cuba estaba obligada a derrotar a Australia, en el último partido del grupo, para obtener un boleto a la segunda fase. Este fue un gran duelo, en el que los australianos salieron delante, 1-0, en el quinto inning. En el cierre de ese episodio, después de dos outs, Roel conectó jit al jardín central, a continuación, Ayala se embasó con otro jit y Frederich Cepeda recibió un boleto.

Con las bases llenas, le correspondió el turno a Alfredo Despaigne, quien, en ese momento, ya era una estrella en la liga japonesa de béisbol. El slugger aprovechó un lanzamiento bajo del relevista zurdo Lachlan Wells y sacó la pelota por el jardín izquierdo del Tokio Dome. Este batazo fue decisivo, porque los relevistas cubanos Vladimir García, Liván Moinelo y Miguel Lahera aguantaron la ventaja. El triunfo por 4-3 dio el añorado pase a la segunda fase. Por cuarta ocasión consecutiva en los Clásicos Mundiales, Cuba estaba incluida entre los 8 mejores equipos.

En la segunda etapa del Clásico, Cuba se mantuvo en el Tokio Dome, donde enfrentó, nuevamente, a Japón. Los otros dos rivales fueron Países Bajos, némesis en el anterior Clásico e Israel.

Contra los israelíes las cosas comenzaron bien, porque Despaigne conectó su tercer cuadrangular del torneo y dio ventaja a la selección caribeña; pero, Israel igualó en el cuarto inning, por un doble de Ryan Lavarnway ante el abridor, Noelvis Entanza.

En el sexto, frente al zurdo Yoanni Yera, los israelíes marcaron dos carreras que resultaron decisivas. La ofensiva cubana solo conectó cinco jits y el revés por 4-1 complicó enormemente las posibilidades de alcanzar las semifinales.

El segundo duelo contra Japón fue mucho más emocionante que el primero, pero concluyó con igual resultado: revés cubano.

En el primer inning, Tetsuto Yamada le botó la pelota al abridor Vladimir Baños, pero, en el segundo capítulo, un jonrón de Yurisbel Gracial, con Despaigne en base, dio ventaja a los cubanos, 2-1. Los nipones igualaron en el tercero; sin embargo, en el cuarto, un jit de Víctor Víctor Mesa, con las bases llenas, impulsó dos carreras que pusieron a soñar a todo un país, 4-2.

Los japoneses no se dieron por vencidos. Empataron el partido y así llegaron al cierre del octavo inning. En ese episodio, Tetsuto Yamada dio su segundo jonrón y colocó el juego con la pizarra final, 8-5.

Después de dos fracasos consecutivos, la selección cubana necesitaba superar a Países Bajos, para mantener alguna esperanza; sin embargo, este fue el peor juego del equipo en el Clásico Mundial de 2017. Un jonrón de Wladimir Balentien, en el primer inning, con dos hombres en bases, ante Lázaro Blanco, fue el batazo que decidió rápidamente ese encuentro.

La debacle continuó y ningún lanzador cubano pudo contener a la ofensiva de los holandeses que marcaron 14 carreras y pusieron KO a Cuba.

Por los cubanos, el jugador más destacado de todo el torneo fue Alfredo Despaigne, quien promedió para 474, con 3 jonrones y 6 impulsadas. Otro con buenos números fue Yurisbel Gracial que promedió 435, con 4 dobles y 4 impulsada. Del pitcheo no hubo ninguna actuación sobresaliente.

Estados Unidos, Japón, Puerto Rico y Países Bajos avanzaron a la discusión de medallas, en partidos que se celebraron en el Dodger Stadium, de Los Ángeles. Los estadounidenses derrotaron a los nipones, 2-1 y se incluyeron, por primera vez en la historia, en una final.

En el otro duelo, Puerto Rico dejó en el terreno a Países Bajos, en 11 innings, 4 por 3 y entró en la final, por segundo Clásico Mundial consecutivo. Los boricuas habían ganado los siete partidos del torneo y fueron considerados favoritos; pero…

La discusión por el título no fue reñida. El abridor Marcos Stroman lanzó muy bien, los boricuas no pudieron batear y la ofensiva norteña produjo 8 carreras, para una convincente victoria por 8-0.

Stroman fue seleccionado como el Jugador Más Valioso del certamen.

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