Esta vez Vassily Ivanchuk fue de los primeros jugadores del grupo Elite en entrar al espacioso Salón Internacional, del hotel Habana Riviera. Todavía faltaban algunos minutos para que comenzara la ronda inicial de la 47 edición del Memorial Capablanca y el principal favorito para obtener su sexta corona en este certamen buscaba concentración con sus habituales «paseos». Su atuendo volvió a ser llamativo, porque la gorra de medio lado realmente no suele ser muy asociada con los practicantes del juego ciencia.
Ivanchuk llevó las blancas contra el ruso Vladimir Potkin y aunque todos esperaban el triunfo del ucraniano, sobre el tablero hubo paridad. Potkin, de 2642 puntos, planteó una defensa Eslava y después del cambio de damas, en el movimiento 39, la división del punto fue inminente. Ivanchuk es un jugador acostumbrado a la actividad y quizás su alejamiento del tablero (no participaba en un torneo de ajedrez clásico desde el Tata Steel, de Wijk aan Zee) no le hizo nada bien.
La partida más seguida de la tarde habanera fue la del mejor jugador de Latinoamérica, el Gran Maestro Leinier Domínguez, por su ELO de 2725 quien enfrentó al checo Viktor Laznicka, de 2693. Con blancas, el cubano abrió con e4 y el europeo respondió con la defensa Caro-Kann, variante del avance.
Leinier aprovechó la presión sobre la columna «c», con la torre que clavó al caballo dama y esto le permitió obtener un peón de ventaja en el movimiento 21. Laznicka quizás pensó que crearía amenazas, con su torre en la séptima fila; sin embargo, el cubano penetró con su caballo, hasta que logró un peón pasado, por «b» y luego el checo cayó en una red de mate, en apuro de tiempo, que concluyó con un aplastante jaque mate, con 40.Dh8. Realmente para Leinier esta fue una partida menos complicada de lo esperado.
Si Potkin parecía destinado a inclinar su rey ante Ivanchuk, un resultado similar se esperaba en el duelo entre el cubano Yuniesky Quesada (con un ELO de 2625 y tercer lugar del ranking nacional) y el ruso Ian Nepomniachtchi (2716). Ante el peón rey de Quesada, su oponente optó la Siciliana, variante Nadjorf. El negro nunca se enrocó y el rápido intercambio de damas convirtió a la pareja de torres de los dos contrincantes en las grandes protagonistas del duelo.
Nepomniachtchi trató de aprovechar su dominio sobre la columna abierta «h»; pero el caballo de Quesada estaba más activo que el alfil del ruso y en una posición poco prometedora, Nepomniachtchi repitió movimientos. Este fue un excelente debut para Quesada quien defenderá el tercer tablero de la selección cubana en la próxima Olimpiada mundial, en Turquía.
Para la segunda ronda, todas las miradas de seguro estarán centradas en la tercera mesa, donde Ivanchuk, con blancas, enfrentará a Leinier.
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