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Historia del béisbol en Juegos Olímpicos: tercer título para Cuba en Atenas 2004

Uno de los elementos más llamativos del torneo olímpico de béisbol en Atenas 2004 fue la ausencia del campeón. La Federación internacional había estipulado que ni siquiera el monarca tenía asegurada su presencia en la siguiente cita, así que Estados Unidos tuvo que luchar por su clasificación, en un evento preolímpico, desarrollado en Panamá, en noviembre de 2003. Cuba había pasado por una situación similar, en los Panamericanos de Winnipeg, en 1999 y faltó poco para que tampoco pudiera clasificar.

En Panamá los norteños cayeron sorpresivamente en el desafío de cuartos de final, ante México y quedaron eliminados. Por tanto, un año antes de que se lanzara la primera pelota en un estadio ateniense, ya estaba claro que habría un nuevo campeón olímpico. Cuba y Canadá fueron los representantes de América en el regreso de los Juegos a Atenas, mientras Australia representó a Oceanía, Taipéi de China y Japón estuvieron por Asia y, por último, hubo tres representantes europeos: Holanda, Italia, junto al local Grecia. Esta obligada representación continental siempre fue un punto en contra del béisbol en los Juegos Olímpicos; pero era una regla que se adoptaba por igual para todos los deportes.

El director Higinio Vélez utilizó en la receptoría a Ariel Pestano, con Eriel Sánchez como bateador designado en varios desafíos. La primera base la compartió el veterano Antonio Scull, con el avileño Danny Miranda. En segunda estuvo todo el tiempo Yuliesky Gourriel; mientras Eduardo Paret fue el torpedero y Michel Enríquez defendió la tercera almohadilla.

El jardín central fue bien defendido por el habanero Carlos Tabares; en el izquierdo estuvo Frederich Cepeda y en el derecho, Osmani Urrutia. Además, Higinio Vélez utilizó a Alexei Ramírez en varias posiciones.

El debut de la selección cubana se produjo el 15 de agosto de 2004 y el abridor del partido ante Australia fue el zurdo cienfueguero Adiel Palma. El veterano lanzador estaba en gran forma y en ocho innings apenas les permitió dos imparables a los australianos. Con el bate de madera sobresalieron Michel Enríquez y Osmani Urrutia, pues ambos conectaron un cuadrangular e impulsaron las 4 carreras en el triunfo por 4 a 1.

Al día siguiente todo el mundo esperaba un duelo fácil para los cubanos, pues los griegos ya eran campeones europeos de fútbol; pero de béisbol sabían poco. No obstante, el partido no fue el paseo esperado. En el noveno, los griegos se rebelaron y marcaron 3 anotaciones, para colocar la pizarra 5 a 4. De seguro hubo muchísima preocupación en el banco cubano, hasta que Pedro Luis Lazo cerró el desafío con un ponche.

Las cosas se complicaron más para los cubanos en su tercer enfrentamiento. Los japoneses convocaron a varias de sus principales estrellas de la Liga profesional y conformaron un potente equipo. El 17 de agosto, el derecho Daisuke Matsuzaka, uno de los mejores lanzadores de ese país y que luego brillaría durante algún tiempo en Grandes Ligas, se presentó en una espectacular forma y en ocho innings no permitió carreras.

En el final del noveno, Matsuzaka dio muestras de cansancio y así cayeron tres anotaciones que maquillaron un poco el marcador final de 6 por 3. Después del fracaso ante los japoneses, en la tercera fecha, la selección cubana se repuso y ganó los otros cuatro partidos de la fase clasificatoria.

Contra Taipéi de China no hubo sustos, gracias al trabajo del villaclareño Luis Borroto y a las tres impulsadas de Ariel Pestano y Eriel Sánchez. Luego vino el triunfo sobre Holanda, 9 por 2, con un buen trabajo de cuatro lanzadores.

El desafío ante Canadá prometía ser cerrado y como ese equipo siempre se ha caracterizado por incluir a varios jugadores zurdos en la alineación, pues el director Higinio Vélez decidió colocar en el montículo a otro zurdo cienfueguero, Norberto González. La estrategia volvió a salir bien, porque Norberto, en seis capítulos, no permitió anotaciones. A la ofensiva, sobresalió el cuadrangular de dos carreras de Antonio Scull.

En el cierre de la fase clasificatoria los cubanos enfrentaron a Italia. Vélez decidió utilizar a varios lanzadores, con el objetivo de tenerlos listos para la semifinal. Así, Vicyohandri Odelín, Luis Borroto, Frank Montieth y Manuel Vega se combinaron para dejar en cero carreras a los italianos; mientras los bateadores antillanos, sin esforzarse mucho, lograron cinco carreras.

De la ayuda ante Japón a la ira con el árbitro, las fases de Australia en Atenas

El revés sufrido ante Japón colocó a Cuba en la segunda posición, para el cruce semifinal. El rival del crucial desafío fue Canadá y unas horas antes de que iniciara este partido, se conoció al primer finalista.

Japón había sido el mejor equipo en la fase clasificatoria y todos esperaban que venciera a Australia en la semifinal; sin embargo, el abridor Oxspring y el relevista Williams mantuvieron en 0 la casilla de las carreras de los nipones y su equipo los apoyó con una solitaria anotación.

El triunfo de Australia 1 por 0 fue una enorme sorpresa, quizás una de las más grandes en las cinco ediciones del béisbol, como deporte oficial, en los Juegos Olímpicos.

Los cubanos de seguro no querían otra sorpresa y comenzaron impetuosos el juego semifinal ante Canadá, con dos anotaciones en el primer inning; sin embargo, el abridor, Adiel Palma, no pudo mantener la ventaja y explotó en el quinto capítulo, cuando los norteños marcaron dos veces y tomaron la delantera, 3 por 2. Así se mantuvo el desafío, hasta el cierre del octavo. En ese inning llegó una fuerte reacción antillana que colocó 6 anotaciones en el marcador, para una ventaja decisiva de 8 a 3. Luego, un cuadrangular canadiense complicó un poco la situación en el noveno; pero Norberto González pudo sacar el último out.

De esta manera, Cuba logró incluirse, por cuarta ocasión, en una final olímpica. Para el partido por el título, Higinio Vélez confió en su coterráneo, el derecho Norge Luis Vera. En el cuarto inning los cubanos tomaron ventaja de 2 a 0, gracias a un cuadrangular de Frederich Cepeda. En el cierre del quinto, un jonrón de Paul González acercó a los australianos y, ante esto, explotó el abridor Vera. El primer relevista, Vicyohandry Odelín, no entró con control, por lo que Vélez trajo al zurdo Adiel Palma quien salió de la situación, sobre todo gracias a una jugada de Carlos Tabares, en el jardín central.

Esa jugada de seguro nunca será olvidada, porque Tabares, un jugador sin dudas muy habilidoso, supuestamente capturó un largo fly que parecía que rebotaría con la cerca del jardín central. De inmediato levantó su mano y el árbitro decretó el out. Todos felicitaron al jugador; pero la cámara lenta mostró, con claridad, que la pelota había chocado contra las cercas. Supongo que los australianos no se hayan sentido bien, luego de presenciar la repetición de la jugada.

Lo cierto es que se mantuvo la decisión arbitral y Cuba siguió con ventaja de 2 a 1, hasta el sexto inning, cuando dos oportunos imparables de Eriel Sánchez y Eduardo Paret impulsaron las cuatro carreras que sacaron del juego a los australianos. Palma, a pesar del cansancio, por la apertura del día anterior, llegó hasta el octavo capítulo. En ese momento entró el cerrador, Danny Betancourt quien lució muy bien. El último bateador del desafío fue Brendan Kingman. En dos strikes, Danny tiró la slider, Kingman le hizo swing, no la encontró y por tercera ocasión en la historia Cuba obtuvo el título olímpico.

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