Este – Oeste. Así está estructurada la NBA, una liga en la que 30 equipos, 15 por cada Conferencia, luchan por llegar a la gran final. Pero, con la nueva “fuga de estrellas” que ha dejado el mercado de agentes libres y que ha desbalanceado todavía más a las conferencias, no son pocos los que consideran que sería oportuno darle un nuevo formato a la competición. Uno de los que defienda esta posibilidad es el casi siempre polémico Mark Cuban, propietario de los Mavericks de Dallas.
De acuerdo con Cuban, si su equipo jugara en el Este tendría muchas más opciones de llegar a los playoff. Incluso se atrevió a bromear con un “secuestro” al comisionado de la NBA, Adam Silver, hasta que este permitiera la mudanza de los Mavericks. Cuban es uno de los que disfruta aparecer en el los titulares de los medios y, en este caso, no es la excepción, aunque tiene un punto muy fuerte: si analizamos cómo se han reforzado los Rockets, Spurs, Thunder y la manera en que los Warriors mantuvieron su núcleo duro de jugadores, entonces realmente será muy difícil para los Mavericks incluirse en la postemporada. La historia podría ser diferente si el equipo tejano jugara en el Este, que ha sufrido un éxodo de estrellas.
Analicemos los movimientos de las súper estrellas en el mercado: Paul George se fue de Indiana y terminó en Oklahoma City; Paul Millsap dejó a Atlanta y se unió a los Nugets de Denver; Jimmy Butler se dio cuenta que no ganaría nada con Chicago y firmó con los Timberwolves de Minnesota. El único movimiento “inverso” fue la mudanza de Gordon Hayward desde Utah hasta Boston. Estos movimientos incidirán en el reforzamiento de una tendencia: de los últimos 19 campeones, 13 han sido del Oeste. Únicamente el Heat, en tres ocasiones (dos de ellas con LeBron James en sus filas y siempre con Dwayne Wade), la “versión revitalizada” de los Chicos Malos de los Pistons de Detroit, el Big Four de los Celtics y la remontada de los Cavs, en 2016 han podido levantar el trofeo. El resto, todo Oeste, con los Lakers de Kobe Bryant y Shaquille O´Neal y los Spurs de Duncan, Parker y Ginóbili como líderes, cada uno con cinco títulos.
Los datos son apabullantes: en el último lustro, en los Mejores Equipos NBA (donde se incluyen los tres mejores por posición, sin distinción de conferencias), han aparecido 54 integrantes del Oeste por 21 del Este. Además, también en los últimos cinco años, el Oeste ha tenido 28 equipos que han alcanzado al menos 50 victorias. En el mismo plazo, el Este solo puede mostrar 12, de ellos cinco en los que jugó LeBron James (Heat y Cavs).
Este balance numérico muestra que no se trata solo de una coyuntura, sino de una tendencia que podría mantenerse por un largo plazo (teniendo en cuenta que los contratos de las súper estrellas no son de corto término) y afectar la competitividad de la NBA. Por tanto, la liga debería actuar. Una propuesta sería eliminar las conferencias y entrar en el sistema de “todos contra todos”. Parece interesante, pero, por supuesto que introduciría incluso modificaciones económicas (viajes, hoteles) a un torneo que realiza 1230 desafíos, en temporada regular, y que se extiende por más de cinco meses.
Esta transformación de seguro tendría fortísimas reticencias, sobre todo en los propietarios de franquicias del Este, que se sentirían en desventaja con relación al Oeste; pero lo cierto es que la NBA necesita dar un golpe sobre la mesa para evitar que la abierta desproporción dañe todavía más al torneo.
Publicado en Newsgur