
Este 5 de agosto, Lourdes Gurriel Jr., de los Arizona Diamondbacks, logró lo que muy pocos han hecho en la historia: convertir en jonrón una recta de más de 103 millas por hora. El envío de Mason Miller, de los Padres de San Diego, fue cronometrado a 103.9 mph y se convirtió en el lanzamiento más rápido al que se le ha conectado un cuadrangular en toda la era Statcast. La pelota salió disparada a 107.1 mph de velocidad de salida, un contacto que no solo empató el marcador, sino que dejó huella en los libros de récords.
Miller, famoso por superar con frecuencia las 100 mph, ha estado varias veces en el listado de lanzamientos de tres dígitos castigados con jonrones. Esa noche, su recta llegó plana y sobre el centro del plato, justo donde Gurriel Jr. la estaba esperando. En cuestión de milésimas, el cubano giró el bate y transformó la velocidad rival en potencia propia.
La rareza de golpear la triple cifra
Desde 2008, solo 92 jonrones se han conectado a lanzamientos de 100 mph o más. La dificultad crece con cada milla adicional: el tiempo de reacción frente a una recta de 95 mph es de apenas 425 a 450 milisegundos, margen mínimo para reconocer, decidir y ejecutar el swing. La mecánica del bateador debe ser precisa y el ángulo de ataque, de entre +8 y +12 grados, favorece la elevación necesaria para enviar la pelota más allá de la barda.
En el caso de Gurriel Jr., la ubicación del lanzamiento y su anticipación fueron decisivas. El contacto, además, superó con holgura las 98 mph de velocidad de salida que definen el punto óptimo de potencia.
La velocidad en contexto histórico
El béisbol ha cambiado radicalmente en la forma de medir y entender la velocidad. En 1974, Nolan Ryan registró 108.1 mph con un radar Doppler Láser, medición realizada probablemente cerca del plato, lo que significa que su velocidad real en el punto de liberación habría sido aún mayor. La tecnología Statcast, en uso desde 2008, mide desde la mano del lanzador y esto permite realizar comparaciones más precisas y recalibraciones como la del holguinero Aroldis Chapman, cuyo envío de 2010 pasó de 105.1 a 105.8 mph.
Hoy, la elite de la velocidad incluye nombres como Ben Joyce, quien en 2024 lanzó una recta de ponche a 105.5 mph, la más rápida registrada en esa situación. Sin embargo, aunque la velocidad promedio de la recta en MLB pasó de 91.9 mph en 2007 a 94.2 mph en 2023, el porcentaje de este tipo de lanzamientos ha caído. Los relevistas usan la triple cifra como un recurso breve pero explosivo, a costa de un mayor riesgo físico.
Los más veloces de cada era
- Nolan Ryan: 108.1 mph (1974)
- Bob Feller: 107.6 mph (1946)
- Aroldis Chapman: 105.8 mph (2010)
- Ben Joyce: 105.5 mph (2024)
Todos, medidos en sus respectivos contextos, forman la cima de la velocidad bruta.
Un duelo que sigue escalando
El caso de Gurriel Jr. es parte de una tendencia creciente: los bateadores actuales están mejor preparados para enfrentar la velocidad extrema. Su éxito se basa en una combinación de entrenamiento específico, refinamiento biomecánico y adaptación cognitiva. Los lanzadores, por su parte, continúan buscando romper barreras, impulsando una carrera armamentista en la que cada milla por hora cuenta.
En este equilibrio tenso, la recta de tres dígitos seguirá siendo símbolo de poder y riesgo. Y, como demostró Gurriel Jr., incluso la velocidad más temible puede convertirse en historia si el bateador acierta en el momento y el lugar precisos.
La Guerra de la Velocidad
Un análisis de los lanzamientos más rápidos y los jonrones más desafiantes en la historia de la MLB.
La Evolución de la Medición de Velocidad
Nuestra comprensión de la velocidad ha cambiado drásticamente con la tecnología. Las primeras mediciones cerca del plato no son comparables a la precisión milimétrica de Statcast, que mide la velocidad justo al salir de la mano del lanzador. Esto es clave para entender por qué los récords históricos y modernos, aunque impresionantes, pertenecen a mundos diferentes.
1912-1940s: Intentos Rudimentarios
Primeras pruebas con equipos balísticos. Las mediciones de leyendas como Walter Johnson y Bob Feller (107.6 mph) eran más una curiosidad que una ciencia exacta.
Década de 1970: La Era del Radar
Las pistolas de radar como JUGS gun revolucionan el scouting. El récord de Nolan Ryan (108.1 mph) se establece en esta era, aunque medido más cerca del plato.
2008-Presente: La Precisión de Statcast
Sistemas como Pitch/FX y Statcast establecen el estándar de oro, midiendo la velocidad en el punto de liberación. Los datos históricos son recalibrados para una comparación más justa.
Reyes de la Velocidad: Un Duelo de Eras
Nolan Ryan
108.1
mph (1974, Pre-Statcast)
El récord histórico, medido con radar Doppler. Ajustado a los estándares de Statcast, su velocidad real podría haber superado las 110 mph.
Aroldis Chapman
105.8
mph (2010, Era Statcast)
El «Misil Cubano» ostenta el lanzamiento más rápido verificado por Statcast, un punto de referencia de la era moderna.
Los Lanzadores Más Rápidos de la Historia (Registrados)
Esta tabla compara a los lanzadores más rápidos, destacando las diferencias entre las mediciones pre-Statcast y las de la era moderna. Las velocidades de Ryan y Feller probablemente serían aún más altas si se midieran con la tecnología actual.
Estudio de Caso: Un Jonrón para la Historia
El 5 de agosto de 2025, Lourdes Gurriel Jr. hizo lo impensable: conectar un jonrón a un lanzamiento de 103.9 mph de Mason Miller. Este evento no solo rompió récords, sino que demostró que la anticipación y la ubicación son tan cruciales como la velocidad pura.
Lanzador
Mason Miller
Conocido por su élite velocidad.
Velocidad del Lanzamiento
103.9 mph
El más rápido conectado para HR en la era Statcast.
Velocidad de Salida
107.1 mph
Un contacto de poder excepcional.
«El lanzamiento llegó plano a un bateador que esperaba la recta. Plana, sobre el plato y anticipada: no es de extrañar que Gurriel estuviera listo.»
Jonrones Contra la Velocidad Extrema (Era Statcast)
Conectar un jonrón a más de 102 mph es una hazaña de élite. Esta gráfica muestra a los pocos bateadores que han logrado dominar los lanzamientos más rápidos, una proeza que requiere un timing casi perfecto.
El Desafío del Bateador: Una Fracción de Segundo
Enfrentar una recta de 95 mph le da a un bateador solo 425 milisegundos para reaccionar, menos tiempo que un parpadeo. Contra más de 100 mph, la ventana se cierra aún más, exigiendo una fusión de anticipación, biomecánica y precisión.
Reconocimiento
Identificar el tipo y la trayectoria del lanzamiento en milisegundos.
Decisión
Comprometerse o no con el swing antes de que sea demasiado tarde.
Ejecución
Sincronizar una cadena cinética perfecta para un contacto óptimo.