miércoles, octubre 9Un espacio para todos los deportes

La poesía en el deporte

¿Deporte y poesía? ¿Por qué no? Así escribió una vez el poeta nacional Nicolás Guillén y si recorremos la obra de importantes escritores cubanos como Roberto Fernández Retamar, Excilia Saldaña y  Roberto Friol encontraremos que la temática deportiva no estuvo ajena a sus intereses.
El destacado poeta, narrador y ensayista Roberto Fernández Retamar está entre lo que más vale y brilla de las letras cubanas. Fernández Retamar se licenció en Filosofía y Letras y luego obtuvo el doctorado por la universidad francesa de La Sorbona. Fue colaborador de la revista Orígenes y fundador de la revista Unión. Desde 1965 dirige la Casa de las Américas y tiene publicados más de 30 volúmenes. En 1989 le fue concedido el Premio Nacional de Literatura.

Uno de los poemas más citados de Retamar lleva por título  “Pío Tai”, algo así como la cubanización de “pido tiempo” y fue publicado en el libro “A quien pueda interesar”. El poema está dedicado completamente al béisbol y a través de sus versos el escritor nos acerca a varios de sus héroes de los diamantes beisboleros a los cuales compara con sus poetas favoritos.

Compañeros: que antes de empezar, nuestro primer recuerdo
Sea para Quilla Valdés, Mosquito Ordeñana, el Guajiro Marrero,
Cocaína García, La Montaña Guantanamera, Roberto Ortiz, Natilla
(desde luego), el Jiquí Moreno de la bola de humo, el Jibarito, y
(más atrás
Adolfo Luque, Miguel Angel, Marsans,
Y el Diamante Méndez, que no llegó a las Mayores porque era
Negro,
Y siempre el inmortal Martín digo.
Y también, claro, Amado Maestri, y tantos más …

Inolvidables hermanos mayores: donde quiera que estén.
Hundidos en la tierra que ustedes midieron a batazos
En La Tropical o en el Almendares Park;
Bajo el polvo levantado al deslizarse en segunda,
Alimentando la hierba que extiende en los jardines y es
(surcada por los roletazos;
O felizmente vivos aún, mereciendo el gran sol de la una y la
Lluvia que hacía interrumpir el juego
Y hoy acaso sigue cayendo sobre otras gorras:  donde quiera
Que estén, reciban los saludos
De estos jugadores en cuya ilusión vivieron ustedes
Antes (y no menos profundamente)
Que Joyce, Mayacovski, Strawinski, Picasso o Klee,
Esos bateadores de 400.

Y ahora, pasen la bola.

Otro gran escritor cubano que dedicó un espacio al deporte fue el poeta, ensayista e investigador Roberto Friol. En 1998 Friol recibió el Premio Nacional de Literatura y de acuerdo con el acta del jurado de ese premio, de él se destacan el vigor intelectual de su poesía, en la cual los resortes de su pensamiento filosófico quedan entrevistos con fecunda armonía en imágenes de gran energía creadora.
Uno de los poemarios más conocidos de Roberto Friol es “Kid Chocolate”, dedicado al legado del genial boxeador cubano. De ese poemario es este fragmento:

De niño, solo una vez casi le vi.
Un domingo, de manos con mi hermana mayor,
En una calle de Jesús María,
Resonó su nombre a nuestras espaldas,
Y cuando volví la cabeza,
La multitud enardecida lo ocultaba.

Mi hermana sí lo vio,
Y su sonrisa de muchacha
Fue con nosotros hasta casa.
Yo me callé la frustración de mis seis años.

Luego lo conocí en las fotografías de los periódicos.
En los próximos años
Lo tuve en las anécdotas y de nuevo en los periódicos;
Y después en los ágiles reportajes que el mundo
De vez en cuando le hacía
Cuando ya no era campeón ni la esperanza.
Pero siempre, para siempre lo tuve
Como una verdad de la patria.

La poetisa Exilia Saldaña, de acuerdo con la opinión de Enrique Pérez Díaz, fue una voz original, polifacética y profundamente enraizada en la cultura nacional; una voz que  dejó un valioso legado literario, no solo a las nuevas generaciones, sino también a aquellos que deciden emprender la literatura más como un reto y una búsqueda perennes que como un acto de complicidad.
Excilia escribió casi una veintena de obras, sobre todo de índole poética, entre las que merece destacarse un libro tan singular y trascendente como La noche. De  Exilia es este magnífico poema, bajo el título de Jaque Mate, dedicado al ajedrez y que lo encontramos en el noveno número de la revista Revolución y Cultura de diciembre de 1985.

¿Qué luto esconde esta paz de tablero?
¡ Silencio:
El rey ha muerto!
Perdió
Su reina,
Dama de ojos tristes.
Ay,
Vendió
Sus hipocampos de marfil y sueño.
Parapetado
Tras las torres del tiempo esperaba
el peón de las viñas ciego de ira,
enfermo de envidia y resentimiento

Un pequeño cadáver de madera
Desata el estupor de un ejército.

¡Silencio!
El rey ha muerto

En este breve recuento de importantes escritores cubanos que han dedicado un espacio al deporte no podía faltar la poesía de Nicolás Guillén. En la obra del Poeta nacional se percibe una gran compenetración con el tema deportivo y lo demuestra su poema “Pequeña oda a un negro boxeador cubano” dedicado a Eligio Sardiñas, el Kid Chocolate y “Elegía a Martin Dihigo”, escrito después de la muerte del que muchos consideran como el pelotero cubano más completo de todos los tiempos. Otro de sus más famosos y conocidos poemas es “Deportes”, perteneciente al libro “La paloma de vuelo popular” del año 1958. En él, Guillen aborda diversas especialidades como el boxeo, el béisbol y también el ajedrez.        …

Así pues Capablanca
No está en su trono, sino que anda,
Camina, ejerce su gobierno
En las calles del mundo.
Bien está que nos lleve
De Noruega a Zanzíbar,
De Cáncer a la nueve.
Va en un caballo blanco,
Caracoleando
Sobre puentes y ríos,
Junto a torres y alfiles,
El sombrero en la mano
(para las damas)
La sonrisa en el aire
(para los caballeros)
Y su caballo blanco
Sacando chispas puras
Del empedrado…

De niño jugué al béisbol.
Amé a Rubén Darío, es cierto,
Como sus violentas rosas
Sobre todas las cosas.
Él fue mi rey, a mi sol.
Pero allá en lo más alto de mi sueño
Un sitio puro y verde guardé siempre
Para Méndez, el picher – mi otro dueño.

No me miréis  con esos ojos,
¿Me permitís que ponga,
Junto al metal del héroe
Y la palma del mártir,
¿Me permitís que ponga
estos nombres sin pólvora y sin sangre?

¿Deporte y poesía? ¿Por qué no? Así comienza Guillén su crónica En jeep junto a los ciclistas. Al leer la obra de escritores tan grandes como Retamar, Friol, Saldaña, Guillén y de otros tantos que han sabido llevar el esfuerzo del músculo y de la mente humana a versos, comprendemos que la literatura también nos puede transportar desde un campo de juego o un tablero de ajedrez hacia el enorme terreno de la imaginación y allí encontrar a nuestros héroes sin pólvora y sangre.

Publicado en Habana Radio

5 comentarios

    • micolumnadeportiva

      Amparito ! Qué bien saber de ti !! Y por supuesto, lo del enlace en tu blog, los villaclareños estamos muy contentos en estos días ! Sobre la poesía en la pelota, la editorial Unicornio presentó el año pasado un interesante libro «Aedas en el estadio», una recopilación de poesías de diversos autores cubanos con el béisbol como temática fundamental, no sé si lo habrán vendido en la feria de allá, aquí lo encontré de casualidad en una pequeña librería. Otro abrazo para ti

  • José Vicente Charpentier Morales

    Saludos desde Costa Rica,muy intersantes los artículos publicados.
    Me gustaría,si es posible,un historial de las carrera de distancias mayores a la maratón(ultra maratones) que se han realizado en Cuba.
    Felicidades.
    Vicente Charpentier Morales

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