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Skateboarding, el deporte urbano que llegó a los Juegos Olímpicos

El skateboarding, el deporte que comenzó en los años 40 en la costa oeste de Estados Unidos, tuvo un exitoso debut olímpico, en la cita estival que organizó Tokio. Las imágenes de jóvenes skaters, sobre sus tablas, realizando impresionantes acrobacias, ante una audiencia global, funcionó como un impulso para que más personas buscaran dónde comprar skate completo y así adentrarse en la práctica de una modalidad deportiva apasionante.

Dónde practicar el skateboarding

Este deporte esté muy vinculado con la cultura urbana. En todos los países ya es habitual ver a jóvenes sobre patinetas, que realizan saltos en rampas, escaleras y se deslizan por tubos. Incluso, ha aumentado la cantidad de skateparks, a partir de la gran afición que genera este deporte.

El aditamento principal es la tabla, hecha de madera. No se sabe quién creó la primera, aunque sus ventas comenzaron a dispararse en la década del cincuenta del siglo pasado. A día de hoy existe una amplia diversidad de modelos y marcas, por lo que para encontrar las mejores tablas de skate es necesario acudir a tiendas especializadas que ofrezcan productos, con precios diferenciados.

Por lo general, las tablas de skate tienen proporciones que oscilan entre 33 y 35 pulgadas de largo, y 7,5 y 8,5 pulgadas de ancho. Las más pequeñas son comunes en la modalidad de calle y las más grandes quedan para las rampas. Con ellas, los skaters realizan varios tipos de saltos, desde los kickflip hasta los ollies.

El skateboarding en Tokio

La presencia de jóvenes skaters en Tokio causó sensación. Los organizadores prepararon dos modalidades: calle y parque, tanto para hombres como mujeres. A pesar de la ausencia de público en las gradas, por las regulaciones de Japón ante la gravedad de la pandemia de Covid-19, lo cierto es que las transmisiones televisivas posibilitaron que las hazañas de estos skaters fueran disfrutadas en todo el planeta.

Cada participante pudo seleccionar la parte de la pista que quería utilizar, así como las acciones que ejecutaría. Luego, el jurado tuvo en cuenta la velocidad, la altura que alcanzó el skater en cada salto y la originalidad de la presentación para otorgar puntos y así determinar a los medallistas.

Para la categoría de calle, los skaters tuvieron escaleras, bancas y pasamanos. Mientras que, en la categoría de parque, el desplazamiento fue sobre una pista, con curvas y desniveles.

En Tokio compitieron 80 patinadores (40 en cada categoría), amparados por la World Skateboarding Federation, que es la entidad reconocida por el Comité Olímpico Internacional. En total, skaters de 18 países en parque y 17 en calle lucharon por las medallas.

En la capital japonesa, el skateboarding llegó a los titulares de los medios de comunicación. En la categoría de calle las tres medallistas tenían, como promedio de edad, apenas 14 años y 190 días. Las skaters locales sacaron la mejor parte, con la impresionante Momiji Nishiya, de 13 años, como campeona. Mientras, la carismática brasileña Rayssa Leal terminó segunda.

Esta conexión entre las generaciones más jóvenes, amantes del skateboarding y de lo urbano, pero ya no tanto de los deportes tradicionales, resultó muy beneficiosa para el Comité Olímpico Internacional, en su intento de presentar una imagen más contemporánea. El éxito del skateboarding en Tokio, la llegada del breakdance en la cita de París 2024, augura nuevas oportunidades para deportes que antes solo entraban dentro del programa de los X Games.

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