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El equipo «All Star» de peloteros mexicanos

Elegir a los mejores peloteros mexicanos puede ser un tema conflictivo en un país que adora el beisbol. Los historiadores no han alcanzado un acuerdo sobre el lugar y la fecha de la llegada de este deporte a México, ocurrida en algún momento de las últimas dos décadas del siglo XIX. Incluso, varias ciudades reclaman el honor de haber acogido al primer partido oficial; pero, entre tantas discusiones, al menos, sí existe consenso sobre un tema: los peloteros mexicanos han dejado una impronta y hoy ese deporte es uno de los más practicados y que cuenta con mayor cantidad de seguidores en el país.

La Liga Mexicana de béisbol fue creada en 1925 y actualmente está afiliada al sistema de Ligas Menores de Estados Unidos, con una clasificación de AAA. Por allí pasaron no pocos de los mejores peloteros mexicanos y también de otras partes de Latinoamérica, sobre todo cubanos.

Desde que Baldomero Almada debutara en Grandes Ligas, el 8 de septiembre de 1933, hasta la actualidad decenas de jugadores mexicanos han vestido el uniforme de franquicias en las Mayores. ¿Cuáles han sido los más completos?

Héctor Espino, “El Rebelde de Chihuahua”

Este jugador puede ser considerado el mejor pelotero mexicano de todos los tiempos. Nunca jugó en Grandes Ligas, no por falta de talento ni de interés de los equipos, sino porque él prefirió mantenerse en las competiciones mexicanas. El constante rechazo a los posibles contratos en Estados Unidos provocaron el surgimiento de su apodo más conocido: “Rebelde de Chihuahua”.

Entre todos los torneos que jugó, el “Niño Asesino”, como también lo apodaban, conectó 783 jonrones. Las comparaciones, ya sabemos, no son justas, pero si tenemos en cuenta que Espino disparó 21 cuadrangulares más que Barry Bonds y 69 más que Babe Ruth, entonces tenemos una idea más clara sobre la grandeza de este formidable slugger.

En 24 temporadas en México, donde jugó con Yaquis de Obregón, Naranjeros de Hermosillo y Sultanes de Monterrey, fue campeón de bateo en 13 ocasiones, seis de ellas de manera consecutiva; lideró a los impulsadores en siete temporadas, en seis oportunidades fue elegido como Jugador Más Valioso y logró tres Triple Coronas ofensivas (1964-65), 1970-71) y (1972-73).

El número que siempre utilizó, el 21, fue retirado de todos los equipos que intervienen en la Liga Mexicana de Verano y en la Liga de Invierno.

Fernando Valenzuela

No pocos consideran injusto el hecho de que México todavía no tengo un pelotero exaltado al Salón de la Fama, en Cooperstown. ¿Qué más necesitó hacer Fernando Valenzuela, sobre el montículo, para tener una placa en el llamado “Templo de los Inmortales”? Quizás le hayan aplicado la “regla no escrita” de que sin 200 triunfos no entras allí. Una injusticia.

Con el uniforme de los Dodgers de Los Ángeles, Valenzuela obtuvo el Premio Cy Young y Novato del Año, en 1981. Su impacto en la ciudad fue enorme y desató la “Fernandomanía”. Además, fue invitado a seis Juegos de las Estrellas y ganó un anillo de Serie Mundial. El “Toro” es el lanzador mexicano con más victorias en las Mayores (173).

Adrián “El Titán” González

El “Titán” ha sido el pelotero mexicano con mejores números en Grandes Ligas y probablemente el más completo de todos. En 15 años al máximo nivel conectó 317 cuadrangulares, impulsó 1202 carreras, ganó dos Bates de Plata (uno en cada liga) y recibió cuatro Guantes de Oro.

Jugó en dos de los equipos emblemáticos de las Mayores (Dodgers y Medias Rojas), aunque sus temporadas más importantes las vivió con los Padres de San Diego.

Vinicio Castilla

“Vinny” fue el primer pelotero mexicano que disparó 300 cuadrangulares e impulsó mil carreras en Grandes Ligas. Sus temporadas más felices las vivió con los Rockies de Colorado, donde formó un poderoso dúo con otra leyenda latina: el venezolano Andrés Galarraga.

Castilla defendía muy bien la tercera base, aunque su punto más fuerte era la ofensiva. Ganó tres Bates de Plata (1995, 97 y 98), con los Rockies y fue invitado en dos ocasiones al Juego de Estrellas.

Roberto Ávila

Este excelente defensor de la segunda base jugó once años en Grandes Ligas. Sus mejores momentos fueron con los Indios de Cleveland, en el período entre 1952 y 1955. En 1954 se convirtió en el primer pelotero latinoamericano en conquistar un título de bateo en las Mayores. Ese año, Beto promedió para 341 y finalizó en el tercer lugar en la carrera por el premio al Jugador Más Valioso. En tres ocasiones participó en el Juego de Estrellas.

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