
Algunas noches en el béisbol se sienten diferentes. No por la magnitud del estadio ni por el rival de turno, sino por lo que ocurre en el diamante. Lo que hizo Nick Kurtz este viernes 25 de julio, en Houston, fue histórico: seis turnos, seis imparables. Cuatro de ellos… jonrones.
Un récord que grita juventud y talento
Con apenas 22 años, Kurtz se convirtió en el primer novato en la historia de Grandes Ligas que logra cuatro jonrones en un mismo juego. Pero eso solo fue el principio. A su póker de cuadrangulares le sumó un doble de 381 pies y un sencillo. En total, 19 bases recorridas: una marca que lo empata con Shawn Green, quien en 2002 hizo algo similar con los Dodgers.
Para dimensionar el hecho: desde 1901, nadie había conectado seis hits con cuatro jonrones en un mismo partido… hasta ahora.
El asombro no tiene estadísticas
“Todavía siento que estoy soñando”, dijo Kurtz después del juego, con una mezcla de humildad y desorientación emocional. ¿Y cómo no? Lo vivido no es cotidiano ni para los grandes nombres de la historia del béisbol.
Solo para comparación: Mark Whiten, el segundo más rápido en lograr 4 HR en un juego, lo hizo en su partido número 425. Kurtz lo logró en su partido número 66.
Cuatro lanzadores, cuatro castigos
Lo más surrealista de la noche fue la variedad de sus víctimas. Jonrones ante cuatro lanzadores distintos de los Astros, incluido un jardinero improvisado como pitcher. Su tercer bambinazo fue el más largo. El último, una línea afilada hacia los Crawford Boxes, selló una actuación que dejó el marcador en un inapelable 15-3.
No es una racha
Lo de Kurtz no es casualidad. En julio ha sido, literalmente, el mejor bateador de las Mayores: 425 de promedio, 11 jonrones, 27 impulsadas. Lleva 23 vuelacercas en sus primeros 66 juegos, algo que ningún novato de los Athletics había hecho desde el cubano Yoenis Céspedes, en 2012.
Además, lidera en slugging, porcentaje de embase y dobles. Si esto es solo el comienzo, cuesta imaginar lo que vendrá.