
En el béisbol, hay batazos que ganan juegos… y otros que hacen historia. Pocos momentos provocan tanta admiración —y debate— como un jonrón que parece volar sin destino, más allá de las gradas, más allá del estadio, casi más allá de la lógica. Son los llamados tape-measure home runs, esas raras explosiones de poder que desafían la física y alimentan el mito.
Pero ¿cuál ha sido realmente el jonrón más largo de todos los tiempos? ¿Qué hay de cierto en las cifras que se repiten entre fanáticos y narradores? ¿Podemos confiar en los números pre-Statcast? ¿Y qué papel juega la tecnología moderna en distinguir la leyenda de la realidad?
Un caso reciente: la fábula de Montero
En julio de este año, el mundo del béisbol fue sacudido por una noticia viral: Elehuris Montero, jugador de los Hiroshima Carp, habría conectado un jonrón de 594 pies en Japón, frente al polémico lanzador Trevor Bauer. La cifra, sin precedentes, corrió como pólvora en redes sociales. Era, supuestamente, el jonrón más largo de todos los tiempos en la Liga profesional japonesa. Pero todo era falso.
La distancia real del batazo fue de 393 pies. El dato fue aclarado rápidamente por su equipo. Sin embargo, el daño ya estaba hecho. La historia, nacida posiblemente de una alucinación de inteligencia artificial, había capturado la imaginación colectiva.
Entre la física y el mito
¿Por qué un batazo de 594 pies resulta inverosímil? Porque incluso los jonrones más extremos, medidos con tecnología moderna como Statcast, apenas superan los 500 pies. Para que una pelota viaje casi 600 pies, se requiere una alineación extraordinaria de fuerza, ángulo de salida, backspin, altitud y viento favorable. Condiciones que rara vez se combinan.
La medición de la potencia: de pasos a radares
Antes de que las cámaras de alta velocidad y los radares tomaran el control, las distancias eran más arte que ciencia. El legendario jonrón de 565 pies de Mickey Mantle en 1953 fue calculado a pasos por un publicista. El de Babe Ruth, en 1921, se estimó en 575 pies. Ambos casos han sido reanalizados por físicos que, con cálculos más rigurosos, ubican esas marcas en cifras más conservadoras.
Statcast: la era de la precisión
Desde 2015, la MLB implementó Statcast, un sistema que mide con exactitud velocidad de salida, ángulo de lanzamiento y distancia proyectada del batazo. Gracias a esta tecnología, sabemos que Nomar Mazara tiene el récord moderno con 505 pies (2019). Le siguen C.J. Cron, Giancarlo Stanton y otros bateadores que conectaron batazos por encima de los 500 pies.
Los 10 jonrones más largos en Grandes Ligas (Statcast Era)
Aquí están los 10 jonrones más largos jamás registrados en MLB desde que comenzó la era de Statcast en 2015. Estas cifras están verificadas y han sido medidas con precisión científica:
# | Jugador | Distancia (pies) | Año | Equipo | Estadio |
1 | Nomar Mazara | 505 | 2019 | Texas Rangers | Globe Life Park (Arlington) |
2 | C.J. Cron | 504 | 2022 | Colorado Rockies | Coors Field |
3 | Giancarlo Stanton | 504 | 2016 | Miami Marlins | Marlins Park |
4 | Miguel Sanó | 496 | 2019 | Minnesota Twins | Target Field |
5 | Aaron Judge | 496 | 2017 | New York Yankees | Marlins Park |
6 | Jesús Sánchez | 496 | 2022 | Miami Marlins | Coors Field |
7 | Christian Yelich | 499 | 2022 | Milwaukee Brewers | Coors Field |
8 | Ryan McMahon | 495 | 2023 | Colorado Rockies | Coors Field |
9 | Ronald Acuña Jr. | 495 | 2020 | Atlanta Braves | Truist Park |
10 | Trevor Story | 487 | 2018 | Colorado Rockies | Coors Field |
Nota: Las distancias pueden variar ligeramente según actualizaciones de MLB, pero estos batazos representan la cúspide del poder medido con tecnología de precisión.
¿Y fuera de la MLB?
En ligas menores, Joey Meyer conectó en 1987 un jonrón de 582 pies en Denver. Fue medido en el Mile High Stadium, donde la altitud de la ciudad contribuyó al impresionante vuelo de la pelota. A diferencia de muchos récords antiguos, este está bien documentado y permanece como la marca profesional más larga verificada.
Josh Gibson, el gigante olvidado
Se dice que Josh Gibson, leyenda de las Ligas Negras, conectó un batazo de 600 pies en el Yankee Stadium. Sin datos verificables, su hazaña habita más el terreno del mito que de la estadística, aunque su poderío es indiscutido.
La distancia de un jonrón depende de la fuerza y técnica del bateador, pero también del entorno. En Denver, la menor densidad del aire permite que los batazos vuelen más lejos. Un viento de cola puede sumar decenas de pies. La temperatura y humedad también alteran la física del vuelo. Todo esto explica por qué es tan raro romper marcas extremas.
El caso de Montero es más que un error; es un espejo de nuestra era. Una historia falsa, amplificada por redes y emociones (como el deseo de ver humillado a Bauer), se impuso brevemente a los hechos. El episodio revela cómo la viralidad y la inteligencia artificial pueden distorsionar la realidad, incluso en un ámbito tan preciso como el béisbol profesional.