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Diez momentos imperdibles de Latinoamérica y el Caribe en Juegos Olímpicos

Durante 124 años, atletas y equipos de Latinoamérica y el Caribe han engrandecido la historia de los Juegos Olímpicos de la Era Moderna. Desde que el esgrimista cubano Ramón Fonst subiera a lo más alto del podio de premiaciones, en la cita de París, en 1900, hasta la triple corona de Usain Bolt en Río 2016, el total de campeones olímpicos en la región se acerca a los 200.

En un período de tiempo tan extenso han ocurrido muchísimos momentos espectaculares, inabarcables en un solo artículo. En PanamericanWorld decidimos seleccionar 10, en los que fueron protagonistas atletas latinoamericanos y caribeños que forman parte de la leyenda de los Juegos Olímpicos.

RAMÓN FONST, EL PRIMER CAMPEÓN OLÍMPICO DE LATINOAMÉRICA

Cuba es el país latinoamericano con mayor cantidad de medallas (219) y de campeones olímpicos, con 77, muy por delante de Brasil (127 preseas, 30 de oro) y Argentina (74 medallas, 21 doradas). El debut de Cuba en citas estivales se produjo en la edición de París 1900 y allí brilló el esgrimista Ramón Fonst. En ese momento tenía 17 años, pero ya era famoso por sus enormes habilidades. En la tarde del 14 de junio, en los jardines de Las Tullerías, Fonst venció al francés Louis Perrée en la final de la espada y se convirtió en el primer titular olímpico de Latinoamérica y el Caribe.

Fonst logró otra medalla, esta de plata, en los Juegos parisinos y, cuatro años más tarde, en San Luis, alcanzó tres títulos más: en los eventos individuales de florete y espada, así como en el florete por equipos. Con sus cuatro medallas de oro y una de plata, Fonst es una de las mayores leyendas olímpicas de la región.

VIAJES OLÍMPICOS A LATINOAMÉRICA

Dos ciudades latinoamericanas han tenido la suerte de acoger los Juegos Olímpicos: Ciudad de México y Río de Janeiro.

En 1968, la cita estival llegó a la capital mexicana. Allí compitieron 6626 atletas, provenientes de 113 naciones. Los 2240 metros de altura sobre el nivel del mar de esa espectacular urbe ayudaron a algunos atletas a obtener resultados asombrosos, como el salto largo de 8,90 metros del estadounidense Bob Beamon, que se mantuvo como récord mundial por más de dos décadas.

Casi medio siglo después, los Juegos Olímpicos regresaron a Latinoamérica. En 2016, Río de Janeiro organizó muy bien la cita estival. Lástima que muchas de esas formidables instalaciones deportivas hayan sido víctimas de la desidia y hoy estén en tan deplorable estado.

STEVENSON Y SAVÓN, CAMPEONES OLÍMPICOS CON TRES CORONAS

El boxeo es el deporte con más campeones olímpicos latinoamericanos. Entre todos sobresalen dos cubanos: Teófilo Stevenson y Félix Savón, ambos con tres coronas.

Stevenson triunfó en la división súper pesada en las citas estivales de Múnich 1972, Montreal 1976 y Moscú 1980. De esta forma igualó con el húngaro Lazslo Papp como los, hasta entonces, únicos tricampeones olímpicos. Todos esperaban que Stevenson rompiera el empate en Los Ángeles 1984; pero Cuba se unió al boicot de la Unión Soviética y, al no participar en aquellos Juegos, terminaron las esperanzas de Stevenson.

En los Juegos de Barcelona 1992, Savón logró su primera corona olímpica, en la división de 91 kilogramos. Cuatro años más tarde, el cubano fue indetenible en Atlanta y, en 2000, igualó con Stevenson y Papp, al triunfar en Sídney.

MARIANA PAJÓN, UNA REINA CON DOS CORONAS

La primera mujer latinoamericana que subió a lo más alto de un podio en una cita estival fue la jabalinista cubana María Caridad Colón quien triunfó en Moscú 1980. Gracias a esto tiene un lugar en la historia olímpica, al igual que la colombiana Mariana Pajón, porque ella es la única latinoamericana con dos títulos olímpicos en un deporte individual.

Pajón ha sido la reina de la velocidad sobre una BMX por más de un lustro. En los Juegos de Londres 2012 fue la abanderada de su delegación y, sobre la pista, ratificó su favoritismo, con un claro triunfo, con tiempo de 37.706 segundos. En Río 2016 fue todavía más rápida y detuvo el cronómetro en la final en solo 34.093 segundos.

BRASIL Y CUBA, IMPARABLES EN EL VOLEIBOL FEMENINO

Las selecciones femeninas de voleibol de Cuba y Brasil dominaron el escenario olímpico por más de dos décadas. Las llamadas “Espectaculares Morenas del Caribe” conquistaron tres títulos de manera consecutiva, entre Barcelona y Sídney.

Conducidas por el mejor entrenador del siglo XX, Eugenio George, las cubanas fueron capaces de sobreponerse a no pocas dificultades para ganar en esas tres citas el partido final. Su rivalidad con las brasileñas fue muy fuerte, en especial tras el violento incidente en la semifinal de Atlanta 1996, cuando las caribeñas vencieron en cinco sets. La antipatía entre ambas selecciones se extendió por un largo período de tiempo.

Una nueva generación de voleibolistas brasileñas se encargó de asumir el liderazgo de ese deporte a finales de la primera década del siglo XXI. En 2008, en Beijing, bajo la conducción del coach José Roberto Guimaraes, la selección sudamericana ganó la corona. En la nómina resaltó Paula Pequeño, elegida la jugadora más valiosa de aquella cita. Luego, en Londres 2012, las brasileñas volvieron a vencer en la final a Estados Unidos y, de seguro, no pocos esperaban que, ante su público, en Río, este equipo pudiera igualar el récord de las cubanas. Para sorpresa del mundo, las sudamericanas perdieron ante China en cuartos de final.

ARGENTINA Y SU NOCHE MÁGICA EN ATENAS

El momento más espectacular para el deporte argentino en Juegos Olímpicos ocurrió en Atenas 2004. El 28 de agosto fue un día especial, porque, con solo horas de diferencia, los equipos de fútbol y baloncesto se convirtieron en campeones olímpicos.

Antes de estos dos triunfos, la última medalla de oro de Argentina la habían obtenido los remeros Tranquilo Capozzo y Eduardo Guerrero, en Helsinki 1952. En la capital griega, la selección albiceleste, dirigida por Marcelo “El Loco” Bielsa, conquistó el único título que faltaba en sus vitrinas, al superar a Paraguay. En aquel equipo sobresalieron jóvenes muy talentosos como Carlos Tévez, Javier Mascherano y Javier Saviola, junto a experimentados como Roberto Ayala, Cristian ‘Kily’ González y Gabriel Heinze. Los sudamericanos ganaron todos los partidos del torneo y ni siquiera permitieron un gol.

La fiesta argentina aquel 28 de agosto continuó con el éxito de la selección de baloncesto, en la final, sobre Italia. Dos días antes, Argentina había protagonizado una de las mayores sorpresas en la historia del baloncesto olímpico, al vencer al equipo de Estados Unidos, lleno de estrellas de la NBA.

El líder de los argentinos fue Enmanuel Ginóbili, elegido como el jugador más valioso del torneo. En la nómina también estuvieron, entre otros, Luis Scola, Andrés Nocioni, Fabricio Oberto y Carlos Delfino.

SHELLY-ANN FRASER-PRYCE, “POCKET ROCKET” MULTIPREMIADA

Entre todas las mujeres latinoamericanas y caribeñas que han competido en los Juegos Olímpicos—las chicas no estuvieron en la cita inicial y debutaron en París 1900—la más destacada ha sido la formidable velocista jamaicana Shelly-Ann Fraser-Pryce.

“Pocket Rocket”, como la apodan por sus apenas 152 centímetros de estatura, ha conquistado seis preseas, dos de ellas de oro, en tres citas estivales. En Beijing 2008 se convirtió en la primera campeona olímpica de Jamaica en la historia, al ganar los 100 metros planos. En Londres volvió a triunfar en esa modalidad y terminó con plata en los 200 metros y en el relevo 4×100; mientras, en Río 2016 agrandó su leyenda con el bronce en los 100 metros y otra plata en el relevo 4×100.

USAIN BOLT, UN RELÁMPAGO OLÍMPICO NO SOLO EN BEIJING

El mejor velocista de todos los tiempos dejó su impronta en los Juegos Olímpicos. Los números de Usain Bolt fueron impresionantes: en sus tres participaciones en citas estivales logró ocho títulos, aunque subió al podio en nueve ocasiones, pero el examen antidoping positivo a Nesta Caster invalidó el triunfo del relevo de Jamaica de 4×100 en Beijing.

Seleccionar un solo momento es muy complicado; pero, entre tanta gloria olímpica, el mayor hito de Bolt ocurrió en Beijing 2008. En la capital china, Bolt impuso dos récords mundiales y olímpicos. En los 100 metros hizo 9,69 segundos y, luego, en los 200 metros, pulverizó la marca de Michael Johnson al cronometrar 19,30 segundos. No es difícil pronosticar que estos dos récords sobrevivirán varias citas estivales más.

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