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Match Carlsen vs. Caruana: la ruleta rusa de las partidas rápidas

Magnus Carlsen sabe que es el mejor del mundo en el ajedrez rápido. A sus 27 años, continúa mostrando una habilidad impresionante para encontrar las soluciones idóneas sobre el tablero, con pocos segundos en el reloj. Por tanto, antes de que el campeón respondiera a la propuesta de Fabiano Caruana, en la duodécima y última partida clásica del match por la corona universal, que se celebra en Londres, para todos quedaba claro que el noruego se sentiría a gusto con un nuevo empate, que llevara el duelo a los cotejos rápidos. Quizás lo que nadie pudo pronosticar fuera que, incluso en una posición superior, con amplias posibilidades de ataque sobre el retador quien, además, estaba en apuros de tiempo, Carlsen optara por pedir las tablas. El estadounidense, por supuesto, aceptó de inmediato y la sensación de decepción volvió a inundar a los seguidores del juego ciencia.

Caruana condujo las blancas y, nuevamente, por sexta ocasión, abrió con el peón rey. Carlsen no dudó en responder, también por sexta oportunidad, con la defensa Siciliana. Este match entró en la historia como el único en el que todas las partidas concluyeron en tablas y, tal vez, haya sido uno de los menos innovadores, en temas de apertura. Caruana eligió, como hizo en el octavo y décimo cotejo, la variante Sveshnikov, solo que esta vez el campeón se salió de las líneas convencionales y realizó una maniobra para llevar su caballo a d7 y, luego, a g6, en lugar de situarlo en b8.

La partida parecía que se pondría muy interesante, ya que hubo enroques opuestos y las negras tenían muy bien colocadas sus piezas, para atacar al flanco dama, donde estaba el rey blanco. Entonces, Carlsen mostró la señal más clara de su conformidad con el empate: 25…a5. Este movimiento del peón permitió a la dama volver hacia d2 y organizar mejor la defensa. Los motores de análisis consideraron que el noruego debió ser más incisivo y abrir la posición con 25…exf4, para posibilitar que los peones por las columnas a y b ejercieran mayor presión. Lo más decepcionante ocurrió un poco más tarde cuando, en la jugada 31, ambos firmaron las tablas. Carlsen no tenía una gran ventaja; pero sí muchas opciones frente a él, unido a que Caruana contaba con menos de nueve minutos para completar las 40 jugadas. Simplemente, el campeón apostó todas sus opciones a las partidas rápidas.

Por segunda ocasión, de manera consecutiva, el título mundial de ajedrez se decidirá en las partidas rápidas. En 2016, Carlsen venció a Sergey Karjkin; pero, ¿podrá repetir ahora? De acuerdo con Garry Kasparov, el hecho de que el noruego haya ofrecido tablas, en una posición superior, podría limitar sus opciones y, para él, ya no era el favorito. “El tiebreak demanda tener nervios y Carlsen parece que los perdió”, respondió el Ogro de Bakú en su cuenta en Twitter.

El match entra en las partidas rápidas: cuatro cotejos, en los que cada uno recibe 25 minutos en el reloj, más un incremento de 10 segundos por movimiento. Si persistiera el empate, entonces se jugarían cinco mini-matches, de dos partidas blitz cada uno, a cinco minutos y con un incremento de tres segundos. La última opción sería la “partida Armagedón”, en la que las negras reciben un minuto menos, pero, en caso de tablas, ganan el duelo.

¿Quién es el favorito? Carlsen lidera el ranking de la FIDE en ajedrez rápido y blitz; mientras Caruana ocupa el lugar ocho y 16 en esos escalafones; pero poco importará esto cuando, con el título del mundo sobre la mesa, los nervios aparezcan con mucho más fuerza en un match que no ha cumplido con las expectativas.

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