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J.D. Martínez y Alfredo Despaigne, dos polémicas sobre el bateador designado

Julio Daniel Martínez y Alfredo Despaigne comparten varios elementos comunes: ambos tienen raíces cubanas, en el caso de J.D. nació en Miami, pero sus padres vivieron en el archipiélago caribeño y luego emigraron hacia Estados Unidos; mientras, Despaigne es un santiaguero que se desarrolló como pelotero en Granma. Ambos son considerados grandes sluggers y en la temporada 2018 de Grandes Ligas y la Liga japonesa demostraron su poder. Ambos están luchando por conquistar el título de campeón, con los Medias Rojas de Boston y los Halcones Softbank de Fukuoka y, para completar las coincidencias, ambos representan un dolor de cabeza para sus respectivos directores, porque se han desempeñado la mayor parte del tiempo como bateadores designados, pero ni en la Liga Nacional ni en la Liga Central existe esa figura.

En 1973, cinco años después de aquella temporada de total dominio de los lanzadores que dejó varios récords, entre ellos el inamovible 1,12 PCL de Bob Gibson, la Liga Americana aceptó la inclusión del bateador designado en lugar del lanzador en la alineación. El llamado “Viejo circuito” prefirió aferrarse a lo tradicional y mantuvo al pitcher entre los nueve hombres que empuñan el bate en cada desafío. Esa división ha permanecido hasta nuestros días. En Japón ocurre algo parecido: la Liga del Pacífico (donde juega Fukuoka) acepta al designado, mientras la Liga Central persiste en la idea de forzar al lanzador a consumir turnos ofensivos.

La regla 6.10 de Grandes Ligas estipula que, tanto en la Serie Mundial como en los partidos interligas, cada equipo debe ajustarse a lo que establece cada circuito, es decir, cuando se juega en un parque de la Liga Americana, se utiliza el bateador designado, pero cuando el local es una franquicia de la Liga Nacional, entonces los dos conjuntos deben colocar al lanzador en la alineación. El reglamento en Japón es similar a este.

En la Serie Mundial 2018, el bateo de J.D. Martínez, quien firmó un gran contrato de 110 millones de dólares, ha sido factor clave en la ventaja 2-0 de los Medias Rojas de Boston sobre los Dodgers de Los Ángeles. El llamado Clásico de Otoño comenzó por el gélido Fenway Park, pero ahora se traslada al calor angelino, donde no existe el bateador designado, así que J.D. Martínez podría quedar en el banco. El cubano-americano tiene algunos problemas con su tobillo, pero más allá de su condición física, el mentor Alex Cora probablemente solo pueda utilizarlo como emergente, en un turno al bate, en el Dodger Stadium, porque la posición que, en ocasiones, ha jugado Martínez es el jardín derecho…y Mookie Betts es inamovible.

Cruzando el Pacífico, Kimiyasu Kudo, el director de los Halcones de Fukuoka, afronta un problema similar al de Cora: ¿qué hacer con Despaigne? En la Serie de Japón 2018, los Halcones, actuales campeones, serán rivales de las Carpas de Hiroshima, de la Liga Central. Este playoff, al mejor de siete, comenzará en Hiroshima…y allí tampoco existe la figura del bateador designado. El cubano ha tenido una gran postemporada, con tres cuadrangulares (uno de ellos con las bases llenas) y 10 carreras impulsadas en ocho partidos; pero sus más de 250 libras de peso y sus problemas en las rodillas difícilmente le permitan defender, de la mejor forma posible, el jardín izquierdo. Ante esto, no me sorprendería que el fornido bateador, en el segundo año de su contrato por tres campañas y poco más de 16 millones de dólares, solo sea empleado como emergente.

¿Tiene sentido esta división sobre el bateador designado en las dos principales ligas beisboleras del mundo? No le encuentro ninguno, pero no creo que la Liga Nacional, en Estados Unidos, y la Central, en Japón, vayan a cambiar su reglamento.

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