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El armario abierto de Jason Collins

Collins (con el número 98) fue el primer atleta en activo de una de las principales ligas profesionales en Estados Unidos que reconoció abiertamente su homosexualidad
Collins (con el número 98) fue el primer atleta en activo de una de las principales ligas profesionales en Estados Unidos que reconoció abiertamente su homosexualidad

“Tengo 34 años, juego en la NBA, soy negro y gay”, reconoció Jason Collins, en una carta abierta al mundo, escrita a mano y que entregó a dos periodistas de la revista Sports Illustrated. Las palabras del centro de los Wizards de Washington provocaron diversas reacciones, desde una llamada telefónica de Barack Obama, hasta un mensaje de apoyo de Kobe Bryant.

Collins es el primer atleta en activo de una de las cuatro principales ligas profesionales en Estados Unidos que reconoce abiertamente su homosexualidad. La idea de “salir del armario” le pasó por la mente durante la huelga de la NBA, en 2011, que estuvo a punto de cancelar la temporada. Collins explicó que no pretendía ser el primero, pero, “ya que lo soy, estoy feliz de iniciar esta conversación”, aseguró a la revista.

La llamada del mandatario estadounidense probablemente haya sido la más sorpresiva. Obama le expresó su apoyo al basquetbolista y también añadió que quedó impresionado por su coraje. Otro político que salió en defensa de Collins fue William Clinton, quien dijo que conocía al jugador desde la época en que este compartía aula, en la Universidad de Stanford, con Chelsea Clinton. “Este es un momento importante para el deporte profesional y en la historia de la comunidad de gays y lesbianas”, consideró el ex presidente.

El Comisionado de la NBA, David Stern, explicó en un breve comunicado: “Jason ha sido un jugador y un compañero respetado durante su carrera, y estamos orgullosos de que asuma el liderazgo en este asunto tan importante”; mientras, Bryant—quien pagó una multa de 100 mil dólares por proferir un insulto homofóbico a un árbitro, en abril de 2011—publicó en su perfil en Twitter que estaba orgulloso de Collins y le pidió oídos sordos ante las críticas: “no te preocupes por la ignorancia de otros”, aconsejó la estrella de Los Ángeles Lakers.

Las manifestaciones de apoyo también llegaron desde varias modalidades deportivas. Por ejemplo, los Medias Rojas de Boston—Collins jugó para los Celtics—destacaron, a través de Twitter, la valentía del jugador y, además, lo invitaron a realizar, cuando estimara conveniente, el primer lanzamiento en algún partido que se desarrolle en el Fenway Park.

Martina Navratilova fue la primera tenista que declaró públicamente su homosexualidad y ahora no demoró en solidarizarse con Collins: “Bien hecho, Jason Collins. Eres un hombre valiente. Y un gran hombre por tu comportamiento. 1981 fue mi año y el 2013 es tu año”.

La noticia colocó a Collins en las portadas de los principales medios de comunicación y de las revistas sensacionalistas. Como jugador nunca llegó a ser una estrella, aunque sí se mantuvo en la NBA durante 12 años, pero su carta abierta al mundo lo convirtió, de inmediato, en una figura mediática. Apareció en la primera página de Sports Illustrated, Oprah Winfrey lo entrevistó en su programa y también ofreció una entrevista para “Good Morning America”; además, lo seleccionaron para que estuviera, junto a Michelle Obama, en la gala de lesbianas, gay, bisexuales y transgéneros, de la reunión anual del Comité Nacional Demócrata.

“Soy gay”, escribió Collins en su ya famosa carta y con esas palabras derrumbó un tabú. No obstante, la presencia de jugadores gays en la NBA no parece ser un hecho novedoso; al menos así lo aseguró Charles Barkley, quien reconoció, en un show radial, que había jugado con basquetbolistas homosexuales. “Todo el mundo lo hizo y no era un problema”, expresó.

En un mundo donde persiste la discriminación por raza, sexo, creencia religiosa u orientación sexual, la decisión de Collins podría ayudar a las campañas propagandísticas que abogan por la imprescindible igualdad entre las personas; pero ojalá, en un futuro no tan lejano, nadie tenga que recurrir a shows mediáticos para exponer ante todo el mundo su preferencia sexual.

¿Collins es gay? De acuerdo, merece todo el respeto; pero para los que siguen el baloncesto es más importante la cantidad de puntos que pueda marcar en un partido con su equipo—es agente libre y no está claro si los Wizards le extenderán un nuevo contrato—que la pareja con quien salga. Ese tema, por favor, que quede para las mal llamadas “revistas del corazón”.

Publicado en CubaSí

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