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Mordidas de un Cocodrilo dormido

Durante años los fanáticos del béisbol en Matanzas sufrieron, no siempre en silencio, las desventuras de su equipo en la Serie Nacional. Las hazañas de los Henequeneros de finales de los ochenta solo vivían en las anécdotas de aquellos que tuvieron la suerte de ver brillar a Jorge Luis Valdés, Carlos Mesa, Lázaro Junco, Eduardo Cárdenas, Julio Germán Fernández, entre otros.

Las nuevas generaciones de matanceros vivieron de desilusión en desilusión. Todos comprendían que el equipo tenía calidad para imponerse; pero “algo” siempre parecía faltar. Pasaron los años y por el banco de los Cocodrilos en el estadio “Victoria de Girón” estuvieron no pocos directores y todos fallaron en el único objetivo: clasificar a los play offs.

Luego vino la partida de varios de los principales peloteros de los Cocodrilos. Michel Abreu, Amaury Casañas, Yadil Mujica y la lista no termina aquí, decidieron jugar en el extranjero. Con ellos se fueron muchos de los sueños de los fanáticos de ver a su equipo en la postemporada; no obstante, todavía quedaba talento, aunque nadie parecía capaz de sacar el máximo de esos “posibles diamantes en bruto”.

Sobre los Cocodrilos se contaban no pocas historias desagradables y un elemento era común: la indisciplina. ¿Cuánto había de cierto en esto? No lo sé, solo me guío por los números y estos indican que Matanzas es la ÚNICA selección que no ha tenido ni un solo partido de play off en las últimas dos décadas de Serie Nacional. Sin dudas, una gran pena.

Entonces vino la designación de Víctor Mesa como director de los Cocodrilos para la 51 edición de la Serie Nacional 2011-2012. Era un gran reto para el polémico y exitoso director. ¿Soportarían los matanceros el carácter del inolvidable número 32? La temporada del béisbol cubano todavía no cumple su primer tercio; pero el cambio en Matanzas es evidente. El estadio ha vuelto a llenarse, los peloteros lucen más entregados y, desde el banco, Víctor Mesa exige cada vez más, quizás porque sabe que el camino hacia la postemporada es muy largo.

Después de observar un nuevo triunfo de Matanzas, ahora por la televisión, me convenzo cada vez más de cuán importante es un director. Con Víctor al mando, los Cocodrilos parecen dispuestos a morder y eso, no lo dudemos, convierte al campeonato cubano en un torneo más interesante.

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