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Novak Djokovic, el come hierba contra el mundo

Después de que cayera el último punto y tras casi cinco horas de juego, el serbio Novak Djokovic se agachó en la pista del All England Club. Desde allí observó detenidamente a la grada que no se cansó de gritar “Roger, Roger”. Arrancó un pedacito de hierba que ingirió rápidamente y, luego, golpeó su pecho. El número 1 del mundo había conquistado nuevamente Wimbledon, contra el mejor de todos los tiempos (¿solo sobre la hierba?) y, en realidad, contra la inmensa mayoría de seguidores del tenis que soñaba con otro título de Grand Slam para Federer.

“Parece estúpido, pero cuando cantaron ‘Roger’ me  intentaba convencer de que cantaban Novak”, reconoció en declaraciones posteriores el serbio. Su poder de imaginación, sin dudas, es enorme; también su talento y confianza en sí mismo. Dos veces el “reloj suizo” tuvo pelotas para partido y, en ambas ocasiones, Djokovic fue capaz de prolongar su vida, hasta llegar al tie-break del quinto set.

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No pocos consideran este partido como el “mejor del siglo XXI”. Fue no solo reñido, sino que tuvo jugadas espectaculares y dejó sobre la mesa una discusión que promete extenderse en el tiempo: Si Nole superara a Federer (como sucederá, en un futuro no lejano) en el total de títulos de Grand Slam, ¿seguirá el suizo con la etiqueta de “mejor tenista de la historia”?