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Deja Vu en el Camp Nou


La historia es cíclica. Año 2010, partido de vuelta de la semifinal de la Liga de Campeones de la UEFA. El Inter de Milán sufrió la expulsión en el primer tiempo de un jugador; sin embargo, ni siquiera con ventaja numérica el Barcelona de Pep Guardiola pudo vulnerar, en más de una ocasión, la portería de Julio César. José Mourinho corrió—y de pasó se empapó con los aspersores—sobre el césped del Camp Nou.

Dos años después, Roberto di Matteo, el técnico interino del Chelsea, no corrió; pero sí se marchó del mismo estadio con un resultado similar: la eliminación blaugrana de la competición de clubes más prestigiosa del mundo.

¿Qué más se puede decir del duelo Barcelona vs. Chelsea? Los dos partidos fueron similares: los culés atacando todo el tiempo y los “blues”—vestidos de blanco en Cataluña—a la espera de la menor oportunidad ofensiva. Creo no exagerar cuando afirmo que las tres ocasiones más claras que tuvieron, terminaron en goles. En Stamford Bridge, Drogba aprovechó un contragolpe y marcó la única anotación de ese desafío.

Luego, en el Camp Nou, cuando los culés ya se creían ganadores, gracias a sus dos goles y la absurda-tonta-merecida expulsión de John Terry, vino el tanto de Ramíres. No obstante, quedaban 45 minutos y, de seguro, todos los que seguimos al Barca confiábamos en que, en el segundo tiempo, cayera al menos un gol.

Messi tuvo en sus coloridos botines la victoria. Quizás el penal no fuera merecido, porque la falta sobre Fábregas realmente no fue evidente. Aguantamos la respiración y el 10 estrelló la pelota contra el palo. Demasiada mala suerte y demasiados fallos del mejor futbolista del planeta. Los ataques continuaron, el toca-toca nos tuvo nerviosos hasta el final; pero el Barca padeció del mismo mal en su serie contra el Chelsea y en el decisivo partido frente al Real Madrid: no concretó.

¿Justa la clasificación del Chelsea? Por supuesto que no. Ahora hablan de la “disciplina táctica” de ese equipo. ¡Por favor! ¿En qué se ha convertido el fútbol, en defender nada más? El Barcelona debería estar en la final de Múnich; pero aunque se repita muchas veces, la frase continúa siendo efectiva: en los deportes, los triunfos no se merecen, se obtienen.

A estas horas los millones de fanáticos culés lamentamos muchas cosas, maldecimos a los travesaños, a las oportunidades perdidas y tal vez nos queda la sensación, muy triste, de que la magia de la “era Guardiola”, probablemente haya terminado. Ojalá que no sea así y que los culés encuentren formas creativas para derribar las “nuevas murallas blancas” que, de seguro, continuarán enfrentando.

2 comentarios

  • Héctor Miranda

    Me hubiera gustado una final Barça-Madrid. Pero no estoy tan seguro de que haya sido injusta la eliminación del Barcelona. El Chelsea, con sus medios, hizo más goles y cometió menos errores. El fútbol es como el boxeo, un deporte en el cual cada contendiente tiene que estudiar las deficiencias del contrario y aprovechar las cirtudes propias para sacar provecho.
    Si Martino hubiera jugado como lo hace Guardiola, se hubiera llevado 10 goles. Tuvo claro que no podía hacerlo y privó a los catalanes de una final, en buena medida por la falta de acierto de Messi, quien tuvo en sus botas el pase pero mandó el penal al larguero.
    Es una lástima, porque me hubiera gustado una final española.
    Eso sí, el Chelsea, con todas esas bajas, dificilmente pueda enfrentar con hidalguía al otro finalista. Ni Bayern Múnich ni Real Madrid se regodean tanto con la pelota y tienen hombres capaces de romper a morterazos la línea defensiva de los blues.

    • Saludos Héctor y gracias por comentar en mi blog. Después de lo sucedido en la segunda semifinal, pues definitivamente nos quedamos sin la final soñada, entre los dos mejores clubes de Europa; ya que ninguno supo demostrar esa superioridad sobre el terreno. Entonces, probablemente muy pocos pensaron, al inicio de la Champions 2011-2012 que el Chelsea (de mediocre actuación en la Premier, con técnico destituido) y el Bayern (otra vez incapaz de superar al Dortumund en la Bundesliga) discutirían la «Orejona».

      Ahora no pocos la han emprendido con Messi y hasta CR7 se ha llevado lo suyo, por el penal fallado, en el momento de la verdad. Hubiera preferido ver al Madrid en la final; pero no soporto que critiquen al 10 argentino por el fallo y que esto sea aprovechado de inmediato por los fanáticos merengues para decir que su «7» es el mejor del mundo…y ya vimos…también falló…cuando no podía hacerlo. Ironías del fútbol, el mejor del planeta y el segundo pudieron haber colocado a sus equipos en la final y no pudieron…

      Entiendo que el Chelsea no puede jugar de «tú a tú», con el Barca; pero, ¿qué te parece esa imagen, incluso antes de la expulsión de Terry, de un equipo metido por completo dentro de su área? ¿Es eso «disciplina táctica? ¿Acaso con «eso» se merece discutir la condición de «campeón de clubes de Europa»? Saludos cordiales

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