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Locura millonaria por Yu Darvish

Para los equipos japoneses vender a sus principales estrellas a las Grandes Ligas es un lucrativo negocio. Los nipones imponen una súper millonaria cláusula y solo aquellos (pocos) equipos que se atreven a depositar tanto dinero, pues «obtienen» el derecho de conversar y firmar al jugador. Hasta ahora el caso más publicitado era el de Daizuke Matsuzaka, un estelar lanzador derecho que brilló en el Primer Clásico Mundial y dominó ampliamente a Cuba y luego dio el salto a las Medias Rojas de Boston, después que esa franquicia decidió pagar más de 100 millones por «Dice K»…

La historia ya la sabemos: Matsuzaka estuvo bien en su año de novato y mejoró todavía más en su segunda temporada en Estados Unidos; sin embargo, más tarde explotó su codo de lanzar y a pesar de todas las cirugías no son pocos los que piensan que esa prometedora carrera está terminada. Nadie duda de la calidad del béisbol japonés; pero, en realidad, pocos peloteros de allí han podido triunfar en la MLB. ¿Recuerdan a Hideo Nomo? Dos años excelentes y luego el ostracismo, para no hablar de Hideki Irabu quien, lamentablemente, decidió terminar con su vida este año.

Aquí hago un enorme paréntesis para resaltar al gran Ichiro Suzuki. Ahora todos hablan de su mala campaña y es cierto que quedó muy lejos de sus anteriores actuaciones; pero este espectacular jugador tiene un lugar seguro en el Salón de la Fama de Cooperstown. «Godzilla» Matsui tuvo algunos buenos años con los Yankees y parece que ya sus mejores tiempos concluyeron.  Otro japonés, con buenos números, pero en el que los Dodgers parece que no confían mucho es Hiroki Kuroda quien concluyó 2011 con una marca de 13 y 16 y en tres años en las Mayores acumula 41 triunfos y 46 fracasos.

La gran expectativa para 2012 era qué equipo «ganaría» el derecho de negociar con el lanzador Yu Darvish. Durante siete años este hombre, de padre iraní y madre nipona, que impresionó a todos en el II Clásico Mundial fue el principal pitcher de la Liga japonesa. Ya cumplió los años exigidos allí, así que era «elegible» para firmar con una selección de la MLB, pero había un «pequeño» problemita: la enorme cifra de millones de dólares que exigían los Hokkaido Nippon Ham Fighters para permitir el diálogo.

Finalmente los Texas Rangers decidieron que era hora de invertir dinero para contrarrestar el mejoramiento de la nómina de sus principales rivales en la división, los Angels,  y aceptaron colocar nada menos que 51 millones de dólares en manos de los Ham Fighters. A esto se suma el probable gran total del contrato con Darvish, por lo que las matemáticas indican que Darvish superaría, quizás por mucho, las cifras monetarias recibidas por Matsuzaka.

Este es un movimiento realmente arriesgado. Supongo que los scouts hayan estudiado bien a Darvish; pero creo que no vale la pena invertir tanto dinero en un hombre que, aunque es muy talentoso, no se sabe si podrá triunfar o cuánto resistirá su brazo en las Grandes Ligas.

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