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Llegó el momento de las repeticiones

México protestó...y con razón
México protestó...y con razón

Frank Lampard creyó que su disparo había sido gol y los fanáticos ingleses pensaron igual. Pocas horas más tarde, un entretenido técnico mostró, por error, la cámara lenta del primer gol argentino contra México ante miles de espectadores en Johannesburgo y esta desafortunada acción casi provocó una pelea. Dos hechos, un mismo tema: ¿por qué no utilizar las repeticiones televisivas para reducir las pifias arbitrales en los partidos de fútbol?

Probablemente no pocos culpen al mal juicio de los jueces por el revés de Inglaterra frente a Alemania. Es cierto que los teutones dominaron la mayor parte del desafío; sin embargo, nadie podría negar que de haberse validado el gol de Lampard, que claramente sobrepasó la línea, las cosas habrían sido diferentes. Nunca será igual llegar el descanso con un empate a dos que con desventaja en el marcador.

¿Cómo se evitaría la repetición de situaciones similares? La Federación internacional de asociaciones (FIFA, por sus siglas en inglés) tiene la solución; pero se niega a ponerla en práctica: un balón, equipado con un sensor que detectaría, de forma automática, si la esférica entró o no a la portería.
La polémica se reavivó en el duelo entre Argentina y México. Messi buscó su tan ansiado gol; aunque la cabeza de Tévez se interpuso en el disparo y llevó el balón a las redes, lo cual desató la alegría de los seguidores de la selección albiceleste; no obstante, esa anotación fue  ilegal, pues el “Apache” estaba en  fuera de juego. El árbitro debió anular la acción. No lo hizo y todo parecía calmado cuando en la pantalla gigante del estadio apareció la jugada, en cámara lenta.

Todo el equipo mexicano se volteó para ver la posición exacta desde la cual partió Tévez y entonces, al darse cuenta de que habían sido perjudicados, decidieron “cargar” contra el árbitro principal quien no parecía muy convencido de su decisión y por eso consultó con el  juez de línea; aunque ya nada podían hacer, porque “el gol estaba validado”.

¿Lo inédito del hecho? La FIFA prohíbe que se muestren en los estadios las repeticiones.  A las pantallas gigantes llega la misma señal que recibimos en nuestros televisores; aunque cada vez que el director de la transmisión coloca una repetición, un técnico sitúa otra imagen para evitar, precisamente, lo que ocurrió con los mexicanos.

Los continuos errores arbitrales ofrecen nuevos argumentos a los que plantean que en la actualidad, con los avances tecnológicos y cámaras de última generación —incluso transmisiones en 3D— resulta imprescindible abrir un nuevo episodio en la relación del fútbol con las repeticiones televisivas. ¿Demorarían el juego? Probablemente lo retrasen algunos minutos; pero, ¿qué es peor, perder unos minutos o presenciar pifias como las vividas con el gol anulado a Lampard o la anotación ilegal de Tévez?

Nadie podría decir que la FIFA no le presta atención a las más modernas tecnologías: las transmisiones del Mundial han sido espectaculares, los árbitros se comunican con dispositivos inalámbricos, los jugadores corren con camisetas supuestamente más livianas y los —pocos— goles se han marcado con un novedoso balón que también ha estado en el centro de los debates.

El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, se ha opuesto terminantemente al empleo de las repeticiones para revertir o reforzar las decisiones adoptadas por los árbitros en el terreno de juego. Sus explicaciones se enfocan hacia la preservación del “elemento humano” en los partidos; sin embargo, el multimillonario titular olvida que la experiencia ha sido muy positiva en las otras modalidades que ya incluyen a la cámara lenta como parte inseparable del deporte.

A pesar de la oposición de importantes personalidades, encabezadas por Blatter, no sería muy arriesgado pensar que en un futuro, tal vez no tan lejano, la FIFA tendrá que cambiar algunos de sus reglamentos para darle paso a lo que muchos claman: repeticiones que ayuden a tener un fútbol más justo. De esta manera los titulares de los medios de comunicación no volverían a centrarse en un árbitro, sino en la actuación de los futbolistas en el terreno. Ellos son los únicos que deberían influir en el resultado final de un juego.

Publicado en Cubasí

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